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De reuniones privadas y otras formas de encarar un tema que es de todos

¿Cómo hacer pedagogía simple sobre fenómenos complejos en un momento de polarización?

Esta semana se inició la aplicación de una nueva forma de hacer lo que en el sector salud se conoce como “giro directo”.  Se trata de una metodología según la cual la entidad responsable de planes de beneficios (otra forma más, engorrosa y antipática de llamar a las EPS, EAPB en este  caso), no reciben la totalidad del giro de los recursos que les corresponden por las primas de su población afiliada, sino que el 80% de ellos se gira desde la famosa ADRES directamente a clínicas, hospitales, operadores farmacéuticos y demás entidades que han atendido a esos pacientes por autorización de la EPS respectiva, siendo la precitada EPS la que le dice a la ADRES a cual clínica le debe girar y cuánto; el 20% restante se le giraría efectivamente a la EPS según lo planteado en el respectivo decreto.

Este mecanismo ya existía y se usaba de forma sistemática en el régimen subsidiado, e incluso en el contributivo para las entidades que estaban intervenidas, lo nuevo ahora es que lo imponen para aquellas EPS del contributivo que, sin estar intervenidas, no logren demostrar las reservas y los valores patrimoniales que la norma exige e, incluso, para aquellas que, cumpliendo con esto, soliciten voluntariamente ser sometidas a este trato.  

El otro elemento de esta semana es la convocatoria por parte del gobierno nacional, luego de una reunión con algunos actores del sector asegurador en la tarde del domingo en el Palacio Presidencial, a un ejercicio que han llamado de “100 horas” al que han sido citadas, solamente, “las EPS”.

Bienvenido un espacio de conversación, de diálogo así sea solo “con las EPS”. A propósito: “Diálogo: Tener una conversación en la que los interlocutores tienen la misma oportunidad de participar y en la que se busca un entendimiento mutuo…”, esperemos que sea ese el espíritu.

El ambiente es confuso, una reforma gubernamental negada por el Congreso, unas EPS dramáticamente intervenidas en el momento exacto de la decisión de los legisladores, un desabastecimiento de algunos medicamentos y unas reuniones de 100 horas pactadas en una reunión privada con algunos de los actores.

Con el asesinato de un urólogo en su consultorio por parte de un paciente termina esta semana que será rematada por movilizaciones convocadas en protesta del gobierno.

Insisto en que las formas le dan legitimidad a las reformas.

A mí no me gustan estas formas.

Por: Alejandro Gómez.

Médico, exsecretario de Salud de Bogotá

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