Una de las imágenes más sorprendentes de Medellín ocurre entre la noche del 30 de noviembre y el 1 de diciembre de cada año. Como dicen popularmente “ya ha hecho carrera” y se conoce como La Alborada. Habitantes de la ciudad y turistas buscan lugares desde donde puedan apreciar la inmensa cantidad de quema de pólvora que se realiza durante esa noche en la ciudad y en todo el Valle del Aburrá.
Pero otra forma en la que nos podemos sorprender frente a este fenómeno es preguntarnos: ¿Cómo ocurre esto en una ciudad y municipios circundantes en los cuales está prohibida la fabricación, transporte, comercialización y uso de la pólvora? ¿Cómo logra llegar a cada barrio de la ciudad una cantidad tan alta de todo tipo de elementos de pólvora, desde los más rudimentarios hasta algunos que parecen hechos y usados por verdaderos expertos? ¿Cuánto dinero se quemó durante esa sola noche en Medellín? Y ¿Por qué, a pesar de las permanentes campañas que realizan las entidades públicas y ambientales no hay cambios culturales significativos y, por el contrario, los índices de quemados están aumentando en Antioquia cada año?
¿Observar durante esa noche el cielo de la ciudad podría ser, en alguna medida, una especie de termómetro o indicador, para entender la relación entre lo que significa la cultura de la legalidad y las prácticas sociales y culturales de esta subregión y departamento?
Son muchas las preguntas que tanto desde la comunicación como desde la cultura, la gobernabilidad, la salud pública y el medio ambiente, entre otras áreas podemos hacernos. Para tratar de entender un poco lo que aquí ocurre he recolectado una serie de datos y de análisis que quiero compartirles.
Cifras de personas lesionadas en Antioquia
Empecemos por las cifras y, en particular, por las cifras que ha presentado el departamento de Antioquia en relación con la cantidad de personas que cada año, durante la temporada navideña, sufren quemaduras de pólvora. Este es el indicador más importante sobre el comportamiento cultural y sobre el nivel de uso de pólvora que tenemos cada año, aunque las mismas autoridades de salud consideran que existe un alto subregistro de casos, especialmente cuando se trata de menores de edad, por las implicaciones que esto significa, desde el aspecto legal, para sus padres y adultos responsables de su cuidado.
Para la elaboración de esta tabla se usaron los datos publicados en medios de comunicación y en entidades por cada año, pues no se encontró información consolidada y comparativa de por lo menos los últimos cinco años, de tal manera que podamos tener una perspectiva más amplia sobre el comportamiento reciente y la tendencia de este fenómeno. Así que de antemano les pido disculpas pues hay pequeñas variaciones entre unos medios de comunicación y fuentes en datos de los mismos periodos.
En la temporada navideña inmediatamente anterior, 2024-2025, la cifra de personas reportadas como quemadas fue de 149 con corte al 7 de enero de 2025. Esta cifra fue la misma que el periodo anterior, es decir durante la temporada navideña 2023-2024, la cantidad de personas reportadas como quemadas fue también de 149.
Medellín fue el municipio donde más se reportaron personas quemadas (56 casos) y le siguen los municipios de Guarne (siete casos), Bello, Caucasia y Segovia, estos últimos con seis casos cada uno.
Si comparamos los datos desde el año 2020, vemos que hubo un aumento total del 112,86%, es decir que los casos se han duplicado. Aunque los aumentos más significativos se dieron del año 2020 al 2021 y del 2022 al 2023.
En particular resulta interesante preguntarnos ¿Por qué la cifra de quedamos durante el año 2023 y 2024 fuero iguales? ¿Funcionaron las medidas tomadas por las autoridades para que la situación no siguiera empeorando? O, por el contrario ¿estamos ante una expresión copada o en su “techo” del uso de la pólvora por la sociedad antioqueña?


Contrabando y combos
Según las autoridades, muchos de los productos de pólvora que son vendidos en el Valle de Aburrá son traídos desde China y usan las mismas rutas y estrategias que usan los contrabandistas para otros tipos de mercancía. En cierta medida, el éxito de la comercialización ilegal de la pólvora está garantizada por los mismos contrabandistas que traen todo tipo de mercancías a la ciudad en grandes volúmenes y que se venden sin ningún control de legalidad en las calles: ropa, zapatos, telas, juguetes, dulces, licores, tecnología. La pólvora es, en este sentido, “un pequeño pedido” entre todo lo que entra de manera ilegal a la ciudad y al departamento.
También es particular que, según las autoridades, hay una relación entre las zonas de control y presencia de algunos combos de la ciudad, con la venta de pólvora y con la quema de grandes cantidades de esta en fechas específicas. Queda preguntarnos si las mismas bandas que controlan las “plazas de vicio”, son las que instalan y autorizan para la temporada de diciembre los sitios de venta de la pólvora, en una manera de diversificar las rentas de las organizaciones delictivas.
Sería muy interesante analizar de manera estadística e incluso con georreferenciación esta hipótesis, pues a diferencia del consumo de droga que se hace en silencia y normalmente se buscan sitios pocos concurridos para hacerlo; la quema de pólvora siempre se hace de manera abierta y es inevitable que muchas personas se enteren y la observen.
Cifras nacionales 2024
A nivel nacional tenemos el mismo periodo de tiempo para el análisis, es decir 2020-2024. En este caso basados en un informe del Instituto Nacional de Salud, que las compila, aunque sin la variación anual que tiene la tabla de este artículo, la cual es una cifra agregada de mi parte.
Analizando el periodo completo, de los cinco años, las cifras de personas reportadas como quemadas son prácticamente iguales, tan solo con una variación del 0,61%. Y podríamos decir que, en general, de años a año se han dado aumentos y disminuciones muy similares, dando como así el resultado final prácticamente igual.
En nuestro caso es importante destacar que Antioquia ha liderado, según los cálculos de INS por cada departamento, las cifras de personas quemadas a nivel nacional y que ha diferencia de otros departamentos, como Nariño donde las cifras han disminuido, en nuestro caso han tenido una tendencia al alza. Para el periodo inmediatamente anterior, es decir 2024-2025, Antioquia tuvo la mayor cantidad de casos con 149, seguido de Bogotá con 144, Nariño 106 y Norte de Santander con 94 casos.
Es importante anotar que estas cifras son tomadas por el INS, durante el periodo de vigilancia intensificada que realiza cada año durante la temporada navideña. Normalmente este periodo inicia el 1 de diciembre y en este año tomó datos hasta el 11 de enero de 2025.

(Consulta aquí la gráfica completa del INS).
Afectación a animales de fauna silvestre y domésticos
La fauna silvestre es quienes, tal vez, llevan la peor parte con la quema de la pólvora cada año en Medellín y Antioquia, pues los voladores pueden alcanzarlos durante su huida y se ven obligados a abandonar sus nidos y lugares de resguardo. Si con las personas quemadas con pólvora hay un subregistro, en el caso de los fauna silvestre, es muy posible que lo reportado por las autoridades ambientales sea solo una pequeña muestra del daño que les estamos causando.
Por el ejemplo Cornare reportó a inicios de 2025 que un total de 45 animales heridos, desorientados o atropellados, fueron ingresados a su Centro de Atención y Valoración- CAV, la mayoría con lesiones físicas severas. Además plantean que no logran cubrir el impacto total en sus municipios con jurisdicción y que esto es solo una fracción de la afectación a la fauna silvestre.
Aunque en redes sociales cada año hay una gran movilización de las personas tenedoras de animales de compañía en contra del uso de la pólvora, esta tendencia no ha logrado tampoco cambiar las cifras y los niveles del fenómeno. Las mascotas son otros de los grandes afectados por la pólvora, pues son altamente sensibles a las explosiones lo que genera que huyan de sus casas y fincas, sufran infartos o episodios graves de ansiedad y estrés.
Contaminación del aire
Un asunto que ha pasado menos advertido es la alta y grave contaminación del aire que genera la pólvora durante la temporada navideña. Según un reporte realizado por Cornare, las concentraciones de material particulado en las festividades del 24, 25 y 31 de diciembre de 2024, se incrementaron en un 160% en los municipios de Guarne, Marinilla, Rionegro y Guatapé.
En el caso de Medellín y el Valle de Aburrá, en el año 2018, según el reporte del Sistema de Alerta Temprana de Medellín y el Valle de Aburrá -SIATA-, la gran cantidad de pólvora quemada durante la alborada de ese año, afectó gravemente calidad del aire en este territorio, pasando al nivel de DAÑINO, en dos de sus estaciones.

Fotografía: Cortesía del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.
Comunicación y transformación cultural
Frente a este contexto y fenómeno, siempre surge la pregunta: ¿Tiene la comunicación posibilidades de aportar a la transformación social de estas prácticas? o si, por el contrario, ¿es un asunto solamente de “orden público” que corresponde a las entidades de seguridad abordar? Por lo menos, hasta el momento, las múltiples campañas de publicidad que se realizan cada año desde las entidades municipales, ambientales y la misma Gobernación de Antioquia, parece que no han generado resultados.
Para entender un poco más sobre el papel que la comunicación puede cumplir y ha cumplido hasta el momento en Antioquia, en particular frente a este problema, tenemos a continuación los análisis de varias personas que conocen muy a fondo sobre estrategias de comunicación desde entidades públicas y que, incluso, han liderado estas mismas campañas e iniciativas en diferentes momentos.
Liliana Vásquez

Comunicadora social-periodista y psicóloga.
¿Por qué no han tenido un impacto en las cifras de quemados con pólvora cada año las campañas de comunicación y publicidad que se realizan desde las instituciones públicas como gobernación, alcaldías y entidades ambientales?
¿Qué aún no hemos hecho y es necesario, desde la comunicación, para lograr estos cambios?
¿Las estrategias de comunicación sí tienen la capacidad de incidir en la transformación cultural en estos casos?
Alberto Morales Gutiérrez

Abogado y publicista, ha dedicado su vida a los temas de la comunicación estratégica.
¿Por qué no han tenido un impacto en las cifras de quemados con pólvora cada año las campañas de comunicación y publicidad que se realizan desde las instituciones públicas? Gobernación, alcaldías y entidades ambientales?
¿Las estrategias de comunicación sí tienen la capacidad de incidir en la transformación cultural en estos casos?
¿Qué aún no hemos hecho y es necesario, desde la comunicación, para lograr estos cambios?
El papel de la cultura
Las responsabilidades sobre los resultados en la disminución de comportamientos sociales que afectan a la comunidades han estado indilgadas, principalmente, a las entidades del orden público, a las entidades educativas y culturales y a las de comunicación. Pero como hemos visto hasta ahora son acciones que no pueden estar desarticuladas y que deben, además, vincular directamente a las comunidades, entre otros actores sociales.
Para profundizar un poco también sobre el análisis que desde el sector cultural se tiene de este fenómeno y de sus salidas, hicimos algunas preguntas a Luis Miguel Úsuga.
Luis Miguel Úsuga Samudio

Administrador de Empresas y Gestor Cultural.
JHR ¿Cómo podemos entender, desde nuestra cultura, el uso tan amplio que la ciudadanía hace de la pólvora? Aún a pesar de su prohibición legal y de los efectos en la salud de las personas, fauna y calidad del aire?
LMU. La pólvora es, indiscutiblemente, un elemento profundamente arraigado en la cultura latinoamericana, pero su presencia no se limita a esta región. También forma parte de las culturas anglosajona y china, siendo esta última el lugar donde fue inventada. Desde la llegada de los árabes a la península ibérica, los juegos pirotécnicos comenzaron a acompañar las celebraciones, reflejando la fascinación humana por el fuego, una atracción que trasciende culturas y épocas. Este vínculo con el fuego, símbolo de vida, se remonta a las primeras civilizaciones, que rendían culto a la luz, al sol y al fuego como elementos esenciales de la existencia.
JHR ¿Se puede explicar solo desde el legado de la mafia cómo afirman algunas personas?
LMU. La alborada es un ejemplo contemporáneo de esta relación cultural con la pólvora. Aunque su origen en Medellín está asociado a un pasado oscuro ligado al narcotráfico, no considero que hoy en día esta celebración exalte esa cultura mafiosa. Por el contrario, se ha transformado en un símbolo de resiliencia de la ciudad. A pesar de los múltiples desafíos históricos y actuales, Medellín convierte el inicio de diciembre en un acto poderoso de esperanza, que anuncia la llegada de la Navidad. Esta festividad, además, se sincroniza con el solsticio, una tradición que precede al cristianismo y que refleja nuestra conexión ancestral con la renovación y la luz.
Sin embargo, no podemos ignorar los problemas asociados con la quema de pólvora. En nuestra cultura, este hábito está estrechamente vinculado al consumo de alcohol, lo que representa un riesgo significativo para la salud pública. Las consecuencias más graves recaen principalmente en los niños, pero en los últimos años también se ha reconocido el impacto negativo en otros ámbitos. La creciente población de mascotas en las ciudades y nuestra mayor conciencia sobre el bienestar animal han puesto en evidencia el daño que la pirotecnia causa a los animales domésticos y a la fauna silvestre en los alrededores urbanos.
JHR. ¿Qué acciones consideras que se puedan tomar para generar este cambio cultural?
LMU. El desafío ahora es encontrar un camino que permita conciliar las diferentes perspectivas de la sociedad. Es poco probable que medidas basadas únicamente en sanciones penales o en la acción policial logren modificar estos hábitos culturales. De hecho, como lo demuestran los hechos, estas medidas a menudo fomentan la corrupción. La gran cantidad de pólvora que se quema cada año refleja la incapacidad de las autoridades para ejercer un control efectivo.
Un ejemplo positivo es el caso de Bogotá, donde durante la administración de Antanas Mockus se logró reducir significativamente el uso de pólvora. Esto se ha mantenido con el tiempo, y en años recientes se han registrado niveles muy bajos de quema de pólvora en la ciudad. Este modelo puede servir de referencia para otras ciudades que deseen transformar esta tradición, preservando su valor simbólico mientras se minimizan sus impactos negativos.
La mirada desde las entidades de control
Cuando nada funciona, los resultados de que se generen cambios o por lo menos, respeto por las normas que se definen desde el estado, recae en las entidades de control: organismos de seguridad y policía principalmente. Pero, ¿cuál es la mirada que se tiene desde este sector sobre las medidas, capacidades y acciones que, efectivamente, se deberían desarrollar? Para conocer sobre este otro componente de la “triada”, hicimos algunas preguntas a Santiago Londoño.
Santiago Londoño Uribe

Abogado, magíster en Derecho y magíster en Procesos Urbanos y Ambientales.
¿Por qué las medidas tomadas por las autoridades municipales y departamentales no han tenido éxito en la reducción del negocio ilegal de la venta de pólvora en Medellín y el Valle del Aburrá?
¿Qué medidas deberían tomarse para que efectivamente se logre que la ciudadanía no haga uso de la pólvora y evitar así todos los daños que nos genera a la sociedad y al medio ambiente?
Un diálogo institucional y social amplio
Tanto desde quienes trabajan por los cambios culturales de la sociedad desde la comunicación, la seguridad y la cultura, hay una clara coincidencia: deben desarrollarse acciones estratégicas conjuntas con diferentes instituciones, sectores sociales y comunidades. Eso que llama Alberto Morales “tocar el piano”, sin lo cual no hay melodía. O como lo plantea Liliana Vásquez: “sea un tema central en las acciones internas de cada una de las dependencias”.
La percepción desde la ciudadanía es que no hay articulación ni tan siquiera dentro de las mismas entidades públicas y no pareciera que fuera un objetivo compartido, que no pasan de ser actividades que de manera desarticulada se generan. Aunque en cierta medida es algo duro de asimilar para las áreas de comunicaciones que invierten grandes cantidades de dinero, tiempo y trabajo en las campañas de comunicación y publicitarias, a veces con un gran plan de medios masivos, la conclusión a la que llegan, por lo menos, a quienes nos han compartido sus opiniones en este artículo es que: debe ser una estrategia integral con múltiples instituciones articuladas y con una participación activa de la ciudadanía.
Considero que uno de los puntos más importantes para iniciar en este proceso es la posibilidad de facilitar por parte de las entidades públicas, espacios para el diálogo social con todas las entidades que pueden aportar y con las comunidades. En primer lugar para entender el problema desde sus diferentes aristas: desde la salud pública, desde la seguridad, desde el daño ambiental, desde la tradición cultural del uso de la pólvora, desde la normatividad y objetivos que nos planteamos como sociedad.
Medellín tiene una larga experiencia de momentos y temas que ha abordado de manera colectiva en las últimas década y que son un insumo fundamental y una experiencia ya adquirida para enfrentar nuevos retos y nuevas preguntas. Solamente es necesario el liderazgo institucional, especialmente de las entidades del gobierno local, que tienen esa capacidad de convocatoria para invitar a estos múltiples sectores y construir acuerdos, estrategias y no solamente tratar de dar cumplimiento, como cada quien pueda, a las normas que se van aprobando desde los organismos políticos o ejecutivos del estado.
La comunicación tiene mucho para aportar y también hay experiencias y marcos teóricos que también se han implementado para acompañar procesos de este tipo en el país y que han dado resultados positivos. Vale la pena retomar los textos ya escritos por autores como Ana María Miralles, con su propuesta de “Voces Ciudadanas”; Bernardo Toro, con todos sus aportes en el modelo de comunicación para la movilización social y al paradigma del cuidado: y Juan Camilo Jaramillo, con todos sus aportes a la comunicación pública.
Como ejercicio profesional y académico, me parece fascinante la idea de un espacio de diálogo y encuentro con estas personas, con quienes nos compartieron sus opiniones en este ensayo y otras más, para conocer sus análisis sobre comunicación y cambio cultural y sobre las estrategias que consideran podrían desarrollarse para avanzar en Medellín y Antioquia en materia del uso de la pólvora. Claro, este sería solamente uno de los espacios que deberían desarrollarse para analizar este fenómeno tan complejo, que como ya lo anotamos, es necesario se analice desde múltiples sectores y se tomen acciones conjuntas.
Invito a quienes hoy tienen la responsabilidad principal dentro de las entidades del gobierno local: Alcaldía de Medellín, alcaldías municipales del Valle de Aburrá, Área Metropolitana del Valle de Aburrá y entidades públicas ambientales a liderar e iniciar desde ya un proceso de diálogo social que nos permita, llegar a final de año con una propuesta conjunta sobre cómo mejorar los efectos negativos del uso de la pólvora y el aumento en su uso.
Fuentes:
¡Quemando tus sueños! Que la pólvora no sea tu pesadilla. Observatorio Nacional de Salud Instituto Nacional de Salud. https://www.ins.gov.co/Direcciones/ONS/publicaciones%20alternas/16.%20Quemando%20tus%20sue%C3%B1os%20que%20la%20p%C3%B3lvora%20no%20sea%20tu%20pesadilla.pdf
Página web del diario El Colombiano. Publicado el 2 de enero de 2025.
https://www.elcolombiano.com/medio-ambiente/uso-polvora-antioquia-45-animales-silvestres-cornare-diciembre-FB26277288
Cornare. Sitio web. Publicado el 8 de enero de 2024.
https://www.cornare.gov.co/noticias-corporativas/la-quema-de-polvora-aumento-en-un-160-la-contaminacion-del-aire-en-la-region-durante-fin-de-ano/
Caracol radio. Sitio web. Publicado el 09/01/2024.
https://caracol.com.co/2024/01/09/las-cifras-de-quemados-en-antioquia-aumentaron-en-un-408-este-ano/
Radio Nacional de Colombia. Publicado el 11 de enero de 2022.
https://www.radionacional.co/actualidad/cifra-quemados-con-polvora-enero-2022
Periódico El Colombiano. 14 de enero de 2021.
https://www.elcolombiano.com/antioquia/seguridad/las-rutas-de-la-polvora-ilegal-en-el-valle-de-aburra-LC14432283
Periódico El Tiempo. 11 de enero de 2024.
https://www.eltiempo.com/salud/quemados-con-polvora-antioquia-y-narino-donde-mas-casos-hubo-entre-2023-y-2024-843793
Periódico El Colombiano. 14 de enero de 2021.
https://www.elcolombiano.com/antioquia/seguridad/las-rutas-de-la-polvora-ilegal-en-el-valle-de-aburra-LC14432283
Periódico El Tiempo. 15 de enero de 2024
https://www.eltiempo.com/salud/las-peores-cifras-de-quemados-ins-reporta-1-357-lesionados-en-2023-2024-844759
La alborada de 2018 no sólo afectó la fauna del territorio; también afectó la calidad del aire en el Valle de Aburrá. Área Metropolitanta del Valle de Aburrá.
https://www.metropol.gov.co/noticias/la-alborada-de-2018-afect%C3%B3-la-calidad-del-aire-en-el-valle-de-aburr%C3%A1
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Autor: Jhon Hélber Rodríguez
Comunicador social. Magister en Administración de Negocios -MBA-