Search
Close this search box.

El partido político que tiene como estrategia electoral delinquir

 

El gerente prófugo

Fue hace solo dos años que, Luis Alonso Hoyos Aristizábal, quien fuera el gerente de la campaña presidencial del Centro Democrático, huyó del país hacia Estados Unidos (diciembre de 2014), luego de que la Fiscalía abriera una investigación en su contra por los delitos de concierto para delinquir, cohecho, violación de datos personales, acceso abusivo a sistema informático y uso de software malicioso.

 

Las acusaciones en contra del “exasesor espiritual”, como se le conocía en el uribismo, se dieron a partir de videos, capturas y el testimonios del hacker Andrés Sepúlveda, entre otros testigos, los cuales sacaron a la luz pública parte de la estrategia electoral del Centro Democrático para ganar las elecciones presidenciales de 2014 (Ver video del Hacker). Esta estrategia consistía en sabotear el proceso de paz mediante “la compra” de información confidencial a militares, el espionaje e intercepción de los correos electrónicos y conversaciones de los integrantes de la mesa de diálogo de La Habana, y el montaje de sitios web para poner en circulación esta información y muchos otros contenidos falsos o confidenciales que afectaban el proceso.

 

Allí no solo se vio involucrado Hoyos sino varios jefes de la campaña entre quienes están el mismo candidato, Oscar Iván Zuluaga, y su hijo David Zuluaga. Actualmente Hoyos está prófugo en Estados Unidos, donde existe ya una solicitud formal de extradición, y su proceso sigue en firme, mientras es juzgado como ausente. (Fallo contra Hoyos sigue en firme)

 

El gerente que confiesa todo

El anterior y gravísimo hecho, sumado a la reciente declaración de Juan Carlos Vélez, gerente de la Campaña del No, del Centro Democrático, configuran una clara evidencia del “modus operandi” de este partido político: cometer delitos para ganar elecciones.

 

Juan Carlos Vélez, en una entrevista publicada por el diario La República (Ver entrevista en La República), hace una confesión de las graves actuaciones de su partido para incidir en la decisión de los colombianos y rechazaran los acuerdos. En una rara mezcla entre torpeza y prepotencia, Juan Carlos Vélez, explica a este diario que su campaña “No se basó en los acuerdos, sino en generar indignación en los colombianos”. “En las clases pobres nos centramos en los subsidios y en la clase media en la reforma”. Con ello daba a entender que su mensaje fue advertir a las personas más pobres que si ganaba el plebiscito les quitarían sus subsidios para dárselos a las FARC y que vendría una reforma tributaria que afectaría a la clase media para financiar los acuerdos. Pero esto solo fue una de las mentiras y miedos desplegados por todo el país mediante la estrategia del Centro Democrático, pues los temas fueron tan amplios como absurdos y descabellados pero lograron su objetivo: indignar y generar temor frente a los acuerdos. (Ver nota Noticias Uno).

 

Las declaraciones de Vélez fueron inmediatamente rechazadas por su jefe Uribe y posteriormente el gerente renunció a su partido. Sin embargo la gravedad de las declaraciones hechas configuran en si mismo una confesión de los delitos cometidos por el Centro Democrático de manera sistemática en todo el país para engañar y confundir a los colombianos.

 

Era absolutamente evidente que Uribe, Ordoñez, Pacho Santos y en general el Centro Democrático habían desarrollado una campaña llena de mentiras, miedo e información falsa sobre los acuerdos, pero lo que no nos esperábamos los colombianos es que, a diferencia de otras ocasiones, ellos mismos lo aceptarían y darían a conocer de manera abierta su estrategia.

 

Ahora el Centro Democrático argumenta que Vélez ha mentido en sus declaraciones y que nunca fue un personaje clave en la campaña. Pretenden, de nuevo, tapar el sol con un dedo, cuando ya han sido aceptadas sus responsabilidades de manera voluntaria.

 

Estos dos hechos son algunos de los más sucios y vergonzosos de la política de Colombia, que han convertido la discusión sobre el proyecto de país que debe darse en todo proceso electoral, en una alcantarilla llena de bajezas, mentiras y delitos como estrategia electoral. En esta lógica no importa realmente presentar propuestas, lo importante es descalificar al máximo al contendor así se tenga que romper la línea de lo ilegal, pues la ética como lo afirmaba descaradamente J.J. Rendón, uno de sus asesores, “no es un asunto de la política”.

 

Pareciera que quienes siguen las órdenes del Centro Democrático se olvidan que en su partido las únicas personas que gozan de fuero para ser investigados y procesados son sólo Uribe y Pacho Santos; y cruzan sin ningún reparo los límites de lo legal, pensando que el triunfo electoral les dará todas “las indulgencias” necesarias y sobre todo considerando que “el fin justifica los medios” y que delinquir, como quedó demostrado en la campaña del plebiscito, brinda grandes ventajas y posibilidades electorales únicas.

 

Luis Alonso Hoyos ha dicho por medio de su abogado que: “todo ha sido una persecución política y un montaje en su contra”, sin embargo las pruebas entregadas por la Fiscalía son múltiples y el proceso seguramente determinará una condena. El caso de Juan Carlos Vélez apenas inicia, pero muy seguramente, y a pesar de su propia confesión, terminará muy pronto diciendo iguales argumentos y saliendo del país en cuanto haya un avance significativo del proceso. Ojalá la justicia y el Consejo Nacional Electoral actúen antes de que también se vaya este “buen muchacho” rumbo a Miami a tomar Whisky con su colega Hoyos y los ya muchos prófugos del Centro Democrático.

 

 

Buscador

Visita nuestras videocolumnas

Síguenos en nuestras redes sociales