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Del delito al discurso: el ciclo de la revictimización

En Colombia, cuando alguien es víctima de un delito que afecta su vida, libertad o patrimonio, no solo enfrenta el impacto directo del hecho, sino también una cadena de situaciones posteriores que agravan su condición. Estas formas de revictimización multiplican por cuatro su sufrimiento, dificultando que las personas puedan superar lo ocurrido y avanzar como sobrevivientes.

La primera y más común forma de revictimización es el discurso del “algo estaría haciendo” o “por algo pasó”. Este tipo de comentarios traslada la responsabilidad del delito a la víctima, ignorando que la culpa debe siempre recaer en quien lo comete, ya sea un autor material o intelectual. Peor aún, este pensamiento refuerza la aceptación de la justicia por mano propia ante la ineficiencia del sistema judicial, lo que le ha costado miles de vidas inocentes al país, muchas veces sustentada sólo en chismes.

La segunda forma de revictimización está relacionada con la primera, surge de la negligencia cuando las víctimas acuden a las autoridades en busca de justicia y reparación. En algunos casos, esta negligencia se debe a la saturación de los sistemas administrativos; en otros, a que reconocer el hecho afecta la imagen de algún político, ya que mínimamente evidencia un nivel de ineptitud al no haber controlado la situación.

Esta forma es especialmente visible en hechos vinculados con acciones del ejecutivo, tanto a nivel nacional como local, y ocurre en todas las corrientes políticas. Un ejemplo marcado son los falsos positivos, que muchos aún niegan; un caso actual es el cambio en la forma de medir los homicidios en el país, que el año pasado excluyó de las estadísticas oficiales los homicidios ocurridos en operativos de la fuerza pública.

Tercero, la explotación de tragedias con fines político/ electorales es una forma preocupante de revictimización, ya que abusa del dolor y la vulnerabilidad de las personas para obtener visibilidad y favorabilidad política. Esto no sólo instrumentaliza el sufrimiento, sino que también perpetúa y se alimenta de la desigualdad, mientras aumenta la desconfianza en las instituciones. Al aprovecharse del alcance mediático de estas desgracias, muchos políticos desvían la atención de soluciones sostenibles, convirtiendo los problemas sociales en herramientas publicitarias. Ejemplos de marketing político con temáticas como el secuestro en los 90, el reclutamiento forzado en los 2000, o más recientes, como las afectaciones por HidroItuango y la búsqueda de desaparecidos en La Escombrera, evidencian un patrón preocupante que exige mayor regulación y ética en el ejercicio político.

Estas formas de revictimización, sumadas al hecho inicial, imponen a estas personas una carga cuatro veces mayor. Un mínimo de respeto por su dignidad exigiría primero, fortalecer el aparato judicial colombiano, cuyo presupuesto y logística han sido especialmente deficientes desde finales de los años 90, para así superar las limitaciones de la capacidad de respuesta institucional y reducir las tasas de impunidad.

Segundo, impulsar políticas públicas enfocadas en la reparación integral de las víctimas, mientras se buscan estrategias para regular el discurso político, por lo menos desde el lenguaje institucional, evitando el uso de tragedias humanas con fines electorales o propagandísticos.

Finalmente, como ciudadanos, podemos evitar difundir mensajes o imágenes que culpabilicen a las víctimas, cuestionar a políticos que instrumentalizan tragedias para ganar votos y participar en iniciativas que visibilicen a las víctimas con respeto8. Esta última etapa es especialmente difícil; todos hemos caído en el amarillismo, el miedo y la indignación provocada con fines electorales. Creo que parar y respirar nos puede ayudar, no solo a tratar a las víctimas con respeto, sino evitar ser instrumentalizados y a mantener una salud mental un poco más estable en este universo de información asfixiante.

Referencias:
• Jaramillo, J. (2020). Estigmatización y revictimización en víctimas de violencia en Colombia. Pontificia Universidad Javeriana. Disponible en: https://repository.javeriana.edu.co/bitstream/handle/10554/47039/TDG%20Juliana%20Jaramillo%20repositorio.pdf
• Defensoría del Pueblo (2022). Informe sobre negligencia estatal y atención a víctimas de violencia sexual. Disponible en: https://repository.ucc.edu.co/bitstreams/25665570-4eda-4c8b-af46-0bafefb1474e/download
• Centro Nacional de Memoria Histórica (2021). Falsos positivos en Colombia. Disponible en: https://centrodememoriahistorica.gov.co/wp-content/uploads/2021/12/1.-Basta-ya-2021-baja.pdf
• Díaz, R. (2018). Instrumentalización de tragedias humanas en campañas políticas: un análisis crítico. Revista Colombiana de Ciencia Política. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/7716040.pdf
• Pérez, M. (2019). La memoria de las víctimas y el uso político de la violencia. Revista Estudios Sociales.
• Arango, L. (2016). Crisis en el sistema judicial colombiano: una revisión histórica. Universidad de los Andes.
• Rodríguez, F. (2020). Políticas públicas y reparación integral de víctimas en Colombia. Revista Internacional de Derecho y Sociedad.
• Moreno, J. (2021). El papel de la ciudadanía en la construcción de una cultura de respeto hacia las víctimas. Revista Ciencia y Cultura.

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Autor: Juan Camilo Rojas.

Sociólogo con MBA, enfocado en gestión y seguimiento de proyectos, planificación estratégica, análisis de indicadores sociales y gestión pública.

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