Search
Close this search box.

Llegar a la Cámara para apoyar la construcción de la educación para los tiempos de paz

Diego es joven, demasiado serio para mi gusto. Es valiente, le gusta pensar y hacer, cree de verdad que este país necesita transformarse para ser un mejor vividero para todos, por esto confío plenamente en él.

 

La vida desde niño lo puso a viajar y sin descanso entre Medellín y el Urabá, en ese entonces las dos regiones se debatían en sus peores crisis. Era la Medellín del narcotráfico, de los miles de homicidios, del miedo y era el Urabá de la Guerra entre los paras y las guerrillas. Las dos parecían no tener futuro. De oír historias, de ver las armas, de sentir los miedos comenzó a entender que la guerra era el peor camino que podía escoger un país para construir su futuro.

 

Una educación libertaria en la familia y procesos educativos de todo su gusto fueron una buena receta para templar su carácter, definir sus sueños y darle la necesaria seguridad para perseguirlos.

 

Siempre la política hizo parte de su menú diario, y no hacerla desde la marginalidad fue siempre una verdad que le costó discusiones en la Universidad. La política para incidir, incidir para transformar, transformar para construir una sociedad justa fue como el hilo que lo llevó a hacer parte de una nueva forma de hacer la política, lejana de las tradicionales estructuras clientelares y de la política que solo vocifera pero que no transforma la vida de las personas.

 

Cada lugar donde la vida lo ha llevado ha sentido el rigor de su análisis profundo, de las propuestas para cambiar lo que no funciona e innovar en programas que den respuesta a los retos de la sociedad.

 

Que la educación genere realmente nuevas oportunidades para todos es su obsesión, no quiere que la educación sea el cliché con el que los políticos llegan a los cargos públicos y siguen engañando a los ciudadanos. Quiere trabajar por una educación que rompa barreras, disminuya desigualdades, genere equidad. El piensa que si no lucha por eso no tendría sentido su paso por el Congreso.

 

Por eso creo en Diego David Ochoa, el 105 de la Alianza Verde. Porque es un joven talentoso, inteligente, honesto y comprometido con los cambios democráticos que necesita este país.

Les invito a apoyarlo.

Buscador

Visita nuestras videocolumnas

Síguenos en nuestras redes sociales