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Carta para Emily

Hola mi princesa. El 26 de septiembre fue un día especial para este lugar del mundo que tú llamas «la Colombia», donde nació y vive tu abuela y donde nació tu mamá. Tú y yo cumplimos años hace poco y por azar la misma conjunción de las estrellas en el universo ilumina nuestro destino.

 

Tú cumpliste tus primeros cinco años, que me señalas cuando te pregunto, levantando tu mano y mostrando tus cinco deditos. Yo te hago una broma y te digo – ¡¡¡Esos no son cinco años, son cinco dedos!!!

Y tú te ríes feliz.

Para indicar mis años cumplidos tendrías que levantar tus dos manitas ¡¡¡seis veces!!! ¿Te imaginas? Desde tu corta vida naciente eso te parecerá muchisisisimooo tiempo. Te llevo 55 años, casi lo mismo, que ha durado esta guerra que hoy termina.

 

Tú has nacido y vivido en un país en paz, situado al extremo de América, lleno de nieve y de sol. Yo he pasado mi existencia en este país de soles eternos empañados por la guerra. Los sesenta años que nos unen gracias a la genética y la historia, tendrán continuidad en ti y en todas las generaciones por venir gracias a que este día fue muy especial. Colombia firmó La Paz.

 

Me vestí de blanco para celebrar. De blanco bondad, libertad, nostalgia, confianza y optimismo.

 

Bondad porque muchas personas en Colombia desalojaron de su corazón el odio y fueron capaces de perdonar a quienes les causaron tristeza, dolor y sufrimiento.

 

Libertad porque muchos hombres y mujeres cambiaron la esclavitud de la guerra y se liberaron de las armas cambiándolas por la fuerza de la palabra y de su corazón,  para pedir perdón por los daños causados.

 

Alegría inmensa de que el destino me permitiera vivir en este tiempo para contártelo, para que muchos niños y niñas como tú puedan crecer felices en este país y disfrutar las oportunidades que la guerra les negaba.

 

Nostalgia de poderte abrazar hoy mientras te escribo y sentir tu risa picara y tu calor.

 

Confianza en que todos y todas seremos capaces de construir una sociedad más justa, más equitativa más tolerante, más incluyente.

 

Y optimismo e ilusión de los tiempos por venir que se, no serán fáciles.

Tendremos que seguir curando las heridas y erradicando el odio, para que seamos capaces de construir un futuro mejor donde la herencia que dejemos sea un país con Esperanza y Paz.

 

Estoy segura que la próxima vez que vengas a » la Colombia » vendrás a un país mejor. Hoy se firmó La Paz. Será un país lleno de luz y de color, lleno de mariposas amarillas. La guerra terminó.

 

Un beso. Te ama mucho tu abuela.

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